martes, 5 de febrero de 2013

CIRUGÍA DEL ESPÍRITU


CIRUGÍA DEL ESPÍRITU

Hemos leído demasiados cuentos
que no se borran.
Aún quedan cientos
que no se leen
porque nadie los escribe.
Y es ahora el turno de los jóvenes.
Es la hora de contar contigo.
Ahora.
Tenemos que cambiar los cuentos
y cantar los cambios.
Ahora.
Es la hora de aprenderlos y contarlos.
Es la hora de leer en ojos
y escribir en hojas
la historia nueva de los hombres.
Aquí, la crisis. Mañana, fútbol.
Recibos de hipoteca. Y las entradas de reventa.
Y la Nasa. En esta orilla
cien mil personas en un concierto
escuchando  una absurda canción sin letra.
Y enfrente
cien mil niños sin biberón
y cien mil nanas sin escribir.
Aquí, morimos. Allí, nos matan.
Aquí lloramos por el pan.
Allí gritan por la sangre derramada
y sueñan con Picassos.
Ahora hay que tomar la acuarela entre las manos
y el verso entre los dientes.
Es la hora de rescatar princesas tristes
y devolverlas a sus pueblos.
Es la hora de destronar príncipes
y tirarlos a los perros.
Hay que desenterrar la pluma
y derramar la tinta
Hay que apuntar bien y matar con versos
cualquier cosa que respire,
cualquier monstruo que se mueva.
No basta llamarse Blas,
ni encontrar un  verso en pie,
ni pedir la  paz y la palabra.
En tierra de tiranos
es inútil llevar a cuestas la mejilla.
Donde los   monstruos no saben leer poemas,
hay que aprender a hacer milagros,
hay que convertir el verso en bisturí
y operar el alma de la bestia.
Es la hora de recuperar sueños perdidos,
de cobrar los besos robados
y de pagar los que debemos.
Ahora, que tenemos tanto tiempo
y nos faltan tantas cosas…
Ahora que no podemos hacer nada,
es cuando más cosas quedan por hacer.
Porque ahora, que todo es viejo y nada sirve,
hay que empezar de cero
porque hay que renovarlo todo.
Y cambiar el final del cuento:
Perdices para  princesas y zapatos de cristal
para piernas de Cenicientas. 
Y dieta fuerte para mujeres gordas.
Y lágrimas convertidas en  espejos rotos
en los ojos de  las feas y las sordas.
Y para la ceguera de los hombres…,
cirugía urgente  del espíritu.
Es la hora de renovar las armas
y de reinventar los labios.
Ahora. Esta generación tendrá que renacer
si quiere enfrentarse al caos y vencer.

Manuel Macho Cruz

(Del libro: “Carta urgente a mi hija y cuentos ordinarios para despertar)
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