Todavía la tierra humeante,
el último hombre se colocó la venda en los ojos
para evitar el horror de los escombros
y fabricó una escalera para subir a discutir con Dios.
Pero cuando alcanzaba el último peldaño,
tuvo miedo y se dio la vuelta:
Había olvidado el tapón de los oídos para no escucharle.
M.M.C.
M.M.C.