miércoles, 27 de noviembre de 2013

LEY ANTIPROTESTA

Si el gallo canta,
córtale la cresta.
y si se levanta,
písale la testa.
Si no se espanta
o si revive,
un revés en la garganta
y otro palo que lo gibe.
Y si no se muere
ni tira la toalla,
si aún sobreviviere
y no se asusta ni se calla
y en pie siguiere
sin querer rendirse,
ya has perdido la batalla:
Déjale cantar y definirse
y cuando quiera irse…
devuélvele su orgullo y que se vaya.


M.M.C.

martes, 26 de noviembre de 2013

CRÍMENES IMPERFECTOS

(Microcuento)

El muy cabrón… -dijo el detective-  quiso despistar a la policía y, para que creyéramos que se trataba de un asesinato, limpió las huellas del gatillo con un pañuelo después de pegarse el tiro…

M.M.C.

domingo, 24 de noviembre de 2013

LAS DOS HERMANAS



Por aquellas fechas, mi mujer era insaciable.
Sinceramente, yo no podía más.
Hacíamos el amor mientras ponía la lavadora… 
Luego, ella  subía a la azotea a tender y cuando bajaba ya se había cambiado de perfume y de bragas, se había retocado el lunar del cuello...   y la tenía otra vez encima, devorándome como una leona. Ella era todo lo contrario a su hermana, según me confesó  mi cuñado un día en el ascensor, notablemente preocupado. Según él, llevaban mucho tiempo sin dormir juntos y no solo le dolía la cabeza por las noches, sino que el simple hecho de subir a la azotea o bajar, la dejaba realmente agotada. Entre todos tratamos de convencerlos para que, a modo de terapia, cambiaran de aires y, aunque ella no quería, al fin conseguimos que se mudaran de bloque.
Con el tiempo, sus relaciones mejoraron algo. Por mi parte, curiosa e inexplicablemente, empecé a recuperar fuerzas, pues en un periodo corto de tiempo había conseguido reducir a la mitad la frecuencia de mis actividades sexuales.
Dicen de las gemelas, que cuando una de ellas se ausenta, la otra se deprime. Debe ser cierto, porque desde que mi mujer entró en depresión, dejó de tener  esa  energía tan fogosa y exigente en la cama…

M.M.C.

jueves, 21 de noviembre de 2013

LAPSUS


Como siempre, durante los cinco minutos interminables que duraba el acto sexual,
Elena solía distraerse observando los movimientos de la mosca sobre el techo blanco.
Pero aquella noche, por primera vez, debió perder la conciencia o la noción del tiempo,
porque cuando abrió los ojos y descubrió el techo pintado de color azul con estrellas
de colores, supo que aquél hombre, quien quiera que fuese, la había engañado,
pues ella no había visto ninguna mosca ni aquélla era su casa.
Todavía aturdida, Elena regaló un suspiro al dulce amanecer,
buscó su ropa interior bajo las sábanas húmedas y, mientras se vestía,
vio la nota con un número de teléfono colgada en el espejo…

m.m.c.

martes, 19 de noviembre de 2013

MUERTE APLAZADA


(Microcuento)


No era la primera vez que alguien le regalaba una máquina de escribir por su cumpleaños. Cuando terminó de soplar las 216 velas y se dispuso a desprecintar el paquete de folios, recordó que mucho tiempo atrás, antes de superar el cáncer, Dios se le había presentado una noche para revelarle su futuro y le había dicho: …pero antes de morir, escribirás un libro…

m.m.c.