“Libérate del
egoísmo y sé caritativo”
Comparte
el hambre con quien tiene pan
y
no pidas favores a quien mucho debas.
No
niegues el perejil a la vecina
y,
a quien tiene dos mantas,
dale
la mitad del frío.
Paga
todos los rasguños,
pero
no cobres el beso tierno
que
le des a la prostituta.
Sé
agradecido si te invitan a cenar
en
casa de mujer buena.
Acepta
el postre que te ofrece
y
deja que te sorprenda con detalles.
Sopórtala
esa noche
y
cuando te vayas, si está dormida,
deja
una rosa en la almohada.
Si
otra noche te quedas a dormir
en
casa de mujer necesitada,
respeta
la distancia entre la pupila y la ternura,
calcula
la presión entre labio y beso
y
entre la lengua suya y tus papilas.
Cuando
hayas bebido el néctar
desbordado
de todos sus poros,
no
te dejes ni un milímetro de piel sin explorar,
porque
ella no perdonará
que
te rindas a mitad de la caricia.
Y
si te acuerdas de volver a casa,
saluda
en la escalera a quien se marcha
y
agáchate para no rayar el techo.
De
herencia te viene ser educado
y
tomar la debida precaución,
pero
de la decencia de tu mujer depende
la
robustez de tus cuernos.
m.m.c.