Por Navidad, un pobre vino a pedirme y yo le dije:
Sólo tengo 40 Euros.
Tómalos, ve a la primera Administración
que encuentres y compra dos décimos de Lotería: Uno para ti y otro para
mí.
No sé si compró los décimos, pero si sé que perdí los 40
euros, porque no volví a verlo.
Otro día vinieron dos pobres y me dijeron:
Danos algo de dinero para comer.
Yo les dije: El dinero que tenía lo gasté en estos dos
décimos de lotería. Tomad uno cada uno y, si os toca, venid y contadme cómo os
va.
-¿Y si no nos toca? –preguntaron a la vez-
- Si no os toca, venid y os daré la mitad del bocadillo
–respondí-
A las dos semanas, vino uno de ellos a reclamar su parte del bocadillo.m.m.c.
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