sábado, 10 de enero de 2015

1057



Como era de noche y estaba tan ocupado con lo mío, no vi a Dios, que había venido a ofrecerme ayuda.
Cuando amaneció, ya se había ido.
Más tarde, cuando le necesité, busqué por todas partes su tarjeta de visita, pero ya estaba yo tan mal que ni siquiera recordaba dónde había puesto la dichosa papelera.

m.m.c.

No hay comentarios:

Publicar un comentario