Como
aquella tarde estaba solo, hacía frío
y no tenía nada que llevarme a la boca,
ni siquiera disponía de un colchón donde dormir,
entré en la tienda para pedir
algo tierno.
Seis
medias noches por un euro –me ofertó la
guapa panadera-
Yo
le ofrecí diez euros por seis noches enterasy ella, agradecida por la propina,
me regaló otras seis.
M.M.C.
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