-Nunca te fíes de un hombre amaestrado –sentenciaba el jefe de la manada,
aleccionando a sus perrillos-
Cuando menos lo esperes parirá un quijote, se
rebelará, reclamará sus derechos, cercará nuestra guarida y se irá al trasto nuestro estado de bienestar
y democracia perruna.
M.M.C.
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