EL ABUELO DE CAPERUCITA
Después de un millón de años,
el niño de los juguetes rotos
tenía un corazón tan cansado,
que empezó a cuestionar
si la luz de la lámpara y el color de la mesita
eran los más apropiados para seguir
sosteniendo el peso de su viejo cuento
y, una noche, mientras dormía,
se saltó el capítulo correspondiente
y pensó en su nieta.
Él, todavía no había descubierto a los lobos.
Pero los lobos, ya habían invadido su cuento.
Y, por primera vez, lloró:
Ya se había comprometido a ser un buen abuelo.
M.M.C.
No hay comentarios:
Publicar un comentario