Cuatro
días después de la presentación de su décimo tercer libro, el editor lo llamó a
primera hora de la mañana y le dijo:
-Tengo
una noticia buena y otra mala.
La
primera es que la edición está agotada desde ayer.
La
mala es que hemos metido la pata, porque te llueven las críticas.
¿Qué
hacemos? –Le preguntó_
Juamperolas,
llevándose las manos a la cabeza, respondió vociferando:
-¿Ahora
que por fin me leen, me preguntas qué hacemos?
¡Por
Dios bendito! ¡Reeditar hasta que escampe!
m.m.c.
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