martes, 5 de mayo de 2015

EL CLIENTE ANÓNIMO



En una esquina de la barra,
tratando de ocultar una lágrima,
el hombre del pijama intentaba recordar
quién era y dónde estaba su casa.
Cuando terminó de tomar el café
pagó otra vez y se fue sin guardar la vuelta.
Nadie le había advertido de que el camarero…

tenía alzheimer.

m.m.c.

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